DIÁLOGOS (Vol. 1) Lourdes de la Villa

DIÁLOGOS (Vol. 1) Lourdes de la Villa

Sueño del observador

Ver y recordar

Bergson decía que comenzamos aprendiendo una frase antes que una palabra. Inscribimos la palabra en cada frase y en ellas adopta un sentido. Se parte pues de la función del lenguaje y no del lenguaje mismo, ya que éste no es más que una mera abstracción que sirve como vehículo del pensamiento intersubjetivo.

La artista me cuenta que su intención ha sido incluir todos lo niveles de comprensión de la obra de arte. No por ello hay que dejar de crear una obra compleja, todo lo contrario. Cada cual nos acercamos a ella desde una posición diferente. Dar un contenido asequible no significa dar todo hecho, sino dar los elementos suficientes para pensar. La experiencia estética produce un despertar en los pensamientos.

I- Una cosa es hacer imágenes para acompañar textos y otra cosa bien distinta,  hacer imágenes para conseguir clarificar un pensamiento, una hipótesis o una idea. Trabajando desde el arte estás lanzando esta hipótesis: la memoria y la percepción, en principio, el cerebro no las distingue. Pero de alguna manera hay un mecanismo que hace que sepamos que accedemos a nuestra memoria y no es una percepción de algo que está sucediendo en ese momento.

L- Las imágenes de alguna manera lo que nos permiten es tener un acceso a lo que en nuestro cerebro funciona de manera inconsciente. Es como perseguir nuestra propia inconsciencia.

Desde las ciencias de la visión decir cómo percibimos resulta, en principio, inabordable. El problema se simplifica aproximándose desde varias áreas de conocimiento. Y al ser más asequible estudiar procesos aislados ha sido muy difícil llegar a entender cómo es que al final nosotros percibimos la imagen global. Ahí es donde está incluida la investigación desde el arte visual, en la medida en que damos visibilidad a una imagen final, al producto de una percepción, donde la imagen está ella misma explicando y hablando mucho antes que la palabra.

I- Ahora que en Valencia está en auge la ilustración me interesaba conocer tu opinión sobre esa diferencia fundamental con el arte.

L- Cuando te dedicas a la investigación estás intentando entrelazar diferentes disciplinas para explicar una problemática concreta, pero tu método de investigación es la imagen en si misma. Es como los experimentos que hace un biólogo. Tener una experimentación que demuestra o por lo menos muestra algo es lo que te sitúa en el panorama del conocimiento.

La manera que tenemos de mostrar que nuestras teorías tienen una base es esa. Así que la imagen no ilustra, la imagen muestra una faceta de la realidad, algo que nunca antes se ha visto, que habla desde un determinado lugar. Cuando investigas te sitúas en una problemática, no del arte en particular, sino del conocimiento en general, e incluso del paradigma científico.

Mi práctica tiene mucho que ver con el constructivismo, que como paradigma científico choca bastante con cuestiones que se suponían inamovibles. Por ejemplo, la separación entre el sujeto y el objeto de conocimiento; que la realidad sea algo que construimos nosotros mismos es una afirmación que remueve las bases de la manera de investigar.

El constructivismo es una epistemología que está aún en construcción. Una forma de acceder al conocimiento diferente de la forma clásica. Está presente en muchos pensadores desde hace siglos aunque comenzó a tomar fuerza a partir de la segunda mitad del s.XX, ligada al desarrollo de la cibernética de 2º orden.

Desde la perspectiva de la docencia es muy interesante. Es una manera diferente de construir conocimiento e implica una manera diferente de transmitirlo. Las herramientas pedagógicas elaboradas a partir de ahí son diferentes.

I- El constructivismo parece estar muy presente en los medios de comunicación de masas. Aún hoy, a pesar de que utilicemos constantemente las redes sociales, a nivel global está todavía muy claro dónde es más evidente la construcción de realidad. Sin embargo, me ha llevado a pensar inevitablemente en la psiquiatría.

La falta de consenso es uno de los problemas que suelen padecer las personas con enfermedades mentales. Podríamos decir que se produce una especie de asincronía entre lo que está sucediendo fuera y dentro del cuerpo: una incapacidad para distinguir lo que se recuerda, -a lo que se está accediendo directamente desde el pensamiento-, y lo que se está viviendo en ese momento.

L- En la contribución de David L. Rosenhan al libro “La realidad inventada”, “Acerca de estar sano en un medio enfermo”, se habla de personas que pasaron tiempo en instituciones psiquiátricas haciéndose pasar por enfermos mentales.

Ninguna de las instituciones, ni públicas ni privadas descubrieron que se trataba de personas sanas. El estudio venía a reflexionar sobre lo que se entendía por salud mental.

En la corriente constructivista hay psiquiatras que consideran el paradigma que se ha usado mayoritariamente para considerar la enfermedad como una manera de entender la salud mental en relación a la adaptación al medio. Se supone que si uno no se adapta está enfermo, pero ¿no podría ser que el medio estuviera enfermo?

Carlos García del Pino es un psiquiatra español ampliamente reconocido que podría ser considerado constructivista. Encontré su libro, “La Incomunicación” (1969) en una librería de Méjico DF llamada El Péndulo. En él describe una situación, totalmente aplicable a la situación social y política de la crisis actual. Describe situaciones perfectamente extrapolables. Trata temas que atraviesan el tiempo y siguen estando vigentes.

Entiende que en la forma de la incomunicación está la solución, desde los problemas que provoca a nivel social, ya que una solución a nivel personal constituye sólo una especie de parche.

Para mi tesis doctoral utilicé sobretodo “Teoría de los Sentimientos” que aborda el tema del sujeto desde un punto de vista psicológico. Es una persona con una potencia de pensamiento fuera de lo común.

I- El pensamiento de Foucault, supone un cambio en el enfoque del problema social, ya que lo plantea como aquella realidad construida a partir de los mecanismos de control: la vigilancia y el castigo (Vásquez Roca, 2012). “Saca al sujeto de la centralidad que lo había mantenido Descartes, para ponerlo dentro de la estructura social, (…) para adentrarse en el estudio de las estructuras y discursividades de la población.”

A partir de ahí, distingue dos formas de control sobre la vida desde una perspectiva política: por un lado, las que se dirigen al dominio del cuerpo a través de la disciplina del saber oficial, y por el otro, la noción de biopoder, como forma de tecnología complementaria que ejerce dominio sobre grandes cuerpos poblacionales (Vásquez Roca, 2012).

La mente es un tema muy poco estudiado. Cambiarían mucho las cosas si pudiéramos ver las problemáticas actuales desde otra perspectiva. Distinguir entre ver y recordar apela a un tiempo contextual. La persona que padece la locura salta de un tiempo presente al pensamiento sin ningún control.

En algún momento dices: "La realidad que construimos y donde vivimos es diferente de la realidad independiente de la mente donde vive el observador que somos". Creo que es la frase que resume mejor la problemática que tratas en tu tesis. Es más, añades que la obra visual es el relato de un cerebro con identidad, único.

L- Son datos empíricos pero de un cerebro que no es anónimo. Es la diferencia con lo que estudia básicamente la ciencia, que se aproxima a una especie de cerebro medio.

A pesar de que estamos obligados a hablar desde nuestra objetividad, nuestros puntos de vista son subjetivos. Y a pesar de eso, hay una objetividad en lo que hacemos. Podemos afirmar que cualquier cosa no es una representación. La forma en la que nosotros manejamos los instrumentos con los que hacemos nuestro trabajo no es arbitraria. Tenemos en la forma cómo nosotros podemos hablar objetivamente.

Pero vamos más allá. Todos los investigadores son personas concretas. Esta  afirmación la extraemos del constructivismo, de afirmar que el punto de vista del observador influye en lo que observa. La mayor potencia de la investigación que se hace desde el arte es mostrar, como observadores que somos, lo que sirve para cualquier observador y para cualquier científico.

La investigación en arte reflexiona sobre las propias condiciones en las que se da el investigar. Por eso el mayor valor que tiene el arte, dentro de la institución universitaria, es ser una guía para no perder de vista este hecho. Las propiedades del observador influyen en la observación y por tanto en el conocimiento, no solamente del arte, sino de todas las ciencias como tales.

I- La ciencia se aproxima a la realidad desde suposiciones. Creo que existen un montón de ideas preconcebidas en cuanto a lo que es la investigación científica. Pienso en la mecánica cuántica que comprobó cómo el observador en el propio acto de observar modificaba el objeto de estudio. Esto nos habla de la incapacidad del  método científico para ser objetivo.

L- La realidad que busca la ciencia es una realidad que nos trasciende. Su fin es conocer partes de la realidad que no son visibles. Esta realidad independiente de la mente es una realidad que te trasciende como ser humano y como investigador.

I- En términos más coloquiales, esta realidad de la mente que mencionas, no podríamos pensarla como la imaginación misma?

L- En el hecho de los artistas, claramente tiene que ver con la imaginación cuando le damos forma. Imaginación podemos decir que todos tenemos. Todo el mundo maneja imágenes pero sólo en el hecho de darles una forma específica se manifiesta la práctica artística. Otra cosa es la forma de la imaginación, su funcionamiento cerebral. Es decir, en abstracto, cómo funciona la imaginación.

I- Me ha llamado la atención la diferenciación que haces entre términos, como por ejemplo, función visual, entidad simbólica o construcción visual. Aluden, en principio, a cosas que pertenecen a un mismo campo semántico pero que no son lo mismo. Hablas de la figura de un observador como algo que está en nuestra cabeza. Es ese el vínculo con el constructivismo radical.

L- Sí, al final ese observador es una construcción propia. Es importante pensar en el observador como una entidad que actúa a nivel mental. Durante años se ha criticado mucho la forma de estudiar cómo funciona la visión, una especie de construcción detrás de la que estaba la cámara óptica. Se creía que dentro de nuestra cabeza había un ser sentado observando el exterior. Esto impidió llegar al problema en cuestión, a explicar cómo funciona nuestro cerebro.

Es importante aclarar los términos para entender que estoy hablando de una entidad inmaterial, de una construcción que tiene un significado humano pero que no se refiere a una persona física. La figura del observador se refiere más bien a una memoria que tenemos instalada en nuestra cabeza de alguna manera; a una forma de funcionar que tiene el cerebro humano con neo-córtex. Aunque existen otra serie de estructuras corticales que posiblemente tengan más que ver con esas partes de la memoria de la que estoy hablando; que dan lugar a constricciones.

Las constricciones son lo común al funcionamiento del cerebro de todas las personas. Digamos que son unos límites que tenemos establecidos en la manera en que aprehendemos el mundo a través de los sentidos. En el caso de la vista, empiezan por el propio órgano físico del ojo.

Las limitaciones ópticas de nuestro tipo de ojo se convierten en otra cosa en el cerebro y en todas sus evoluciones. Hay que pensar que no tenemos el mismo cerebro que tenían las personas hace 100 años. La cantidad de imágenes a las que estamos sometidos por medio de los dispositivos tecnológicos cambian nuestra percepción del mundo, que cambia nuestros recorridos cerebrales y finalmente el cerebro mismo.

I- En algún momento dices que este tiempo sería la presencia de un mundo accesible desde el significado. Entiendo que estamos rodeados de signos y toda la interacción humana ya se produce a través de ellos. Ese es uno de los nexos entre tu trabajo y lo que Rafa Tormo trata en sus obras. En su experimentación con los adolescentes comprobó que, en relación a generaciones anteriores, la relación que éstos tenían con los objetos había cambiado muchísimo.

Me parece vital llamar la atención sobre la transformación del contexto y sobre los cambios que se producen en la estructura cerebral de una persona que en 2014 es un adolescente.

L- Es como si cada vez fuera más difícil tener acceso a este funcionamiento común que todo cerebro humano tiene. Entre eso y lo que percibimos hay tantas capas -de alguna manera pantallas- que es muy complicado llegar a esa comprensión. Y por eso mismo cada vez es más necesario.

I- En muchas ocasiones estás pensando en la representación, aunque hablas de los procesos en la mecánica visual. ¿A qué te refieres exactamente cuando dices que el ver define la experiencia sensorio-motora de un animal que sólo tuviese sentido de la vista? Supongo que ahí es donde introduces el cuerpo y el movimiento como variables.

L- Consiste en pensar en un animal así para llegar a entender esa base común que está en los cerebros de todos los humanos. Tiene que ver con las constricciones y en consecuencia con la manera de relacionarnos con el mundo.

L- El movimiento estaría relacionado con la experiencia del animal. La experiencia sensorio-motora define la relación entre el movimiento y la memoria. Luego está el problema de cómo se almacena eso en el animal. Aquí es donde interviene la relación entre la memoria y el tiempo. ¿Dónde se almacena eso y cómo se pone en marcha ese almacén llamado memoria? Sólo es seguro que la tenemos, sino no podríamos distinguir.

Sin embargo, cada vez es más difícil acceder a ese funcionamiento porque el cerebro ha cambiado, y cambia cada vez más deprisa, debido al uso de la tecnología. Ya no es sólo que los medios de transporte cambien nuestra percepción del mundo. Imaginemos cuando se inventó el tren y la gente montaba por primera vez. Ahora lo que nos rodea son todo dispositivos visuales.

I- Todo este análisis parece olvidarse de nuestro cuerpo. Intentamos disociarlo de nuestro cerebro, cosa imposible y a la que deberíamos negarnos rotundamente. Si no tuviéramos cuerpo no tendríamos vida.

Existen corrientes de pensamiento en este sentido que hace años se amparaban bajo el término potshumanismo. Estas reflexiones en torno a la tecnología investigaban superar el cuerpo como límite. Si consiguiéramos superarlo de alguna manera y descargar nuestro cerebro en otro cuerpo conseguiríamos trascender.

Hay mucho pensamiento desarrollado en torno a separar mecanismos de visión y de inteligencia. La ciencia ficción lleva décadas reflexionando sobre ello. Pero en definitiva, ¿qué es la visión sin la inteligencia?

L- Este hipotético animal que sólo tuviera sentido de la vista es una forma de abordar el hecho de cómo sería un cerebro sólo visual, una manera de afrontar el tema de las constricciones. Aunque después como ya sabemos la visión se relaciona con otras muchas funciones porque en la percepción están integrados todos los sentidos.

I- En tu proyecto actual te planteas dos cuestiones. ¿Qué es lo que crea el recuerdo? Y, ¿cómo se establece una continuidad entre diferentes actos de observación?

L- Sí, al final son diferentes formulaciones de una sola pregunta que seguramente no hay forma de hacerla con palabras. Todo apunta a que exista una memoria. Entre un acto de observación y otro tiene que haber una continuidad, sino ¿cómo nos acordaríamos siquiera de quiénes somos? Para entender cómo se establece esa continuidad, hay que pensar que no sólo existes tú, sino que todo está hilvanado en las relaciones con otras personas.

I- Dependemos mucho de la imagen que proyectamos, que es inconsciente en muchas ocasiones y no siempre conviene dejarla en la inconsciencia. Somos una construcción de cómo nos ven los demás. Así que está bien trabajarla y estudiarla. Es una buena herramienta para conocerse mejor y ayuda a saber el porqué de algunas cosas que nos pueden suceder y preocupar. Muchas veces emitimos mensajes contradictorios. Hablamos más a través de nuestros gestos que de nuestras palabras.

L- Carlos Castilla del Pino habla sobre qué se supone que se puede decir que resulte aceptable en las relaciones dentro de un grupo o entre grupos, como otro elemento que está impidiendo que exista una comunicación real. Tal vez hoy en día las personas sean más capaces de expresar lo que realmente quieren decir, aunque no por ello se comunican mejor.

I- En la pieza sonora de Rafa Tormo, que es fruto de un taller que hizo con adolescentes, se ve reflejado no sólo este cambio de nuestra relación con los objetos sino la incapacidad para comunicarnos entre nosotros. Para representar un objeto afectivo, muchos adolescentes habían elegido un móvil porque se relacionan afectivamente a través de él. Comunican todas sus emociones utilizando esa interfaz.

Cuando no existían móviles, hace veinte años, cuando nosotros éramos adolescentes hubiéramos llevado como fetiche cualquier otro tipo de objeto afectivo, desde una pulsera o una carta hasta una bola de futbolín de una tarde de domingo. Nuestros objetos estaban vinculados a experiencias afectivas de otra naturaleza.

L- Esto sería la realidad de segundo orden, tal y como la llama el psicólogo Paul Watzlavick, en la que según dice nacemos sumergidos, y está ligada al universo de los significados atribuidos a las cosas. Claramente, aquí están atribuyendo un sentido y un valor al móvil. No lo están viendo como un objeto físico.

Si por algún motivo, como puede ser el hecho de cuestionarnos en nuestra labor intelectual esta realidad que recibimos desde nuestro nacimiento, esta imagen del mundo que tenemos se rompe y tenemos que volver a hacernos otra, discernir ese hecho se vuelve más difícil.

En el primer capítulo de mi tesis hablaba de “Infancia, locura, sueño” como tres situaciones muy específicas donde la conciencia despierta tiene unas características muy peculiares. Hablaba de esas situaciones desde un punto de vista abstracto y teórico, no de la infancia, la locura y el sueño normales, sino como situaciones que, desde el punto de vista de la percepción, se podían explicar. No eran situaciones donde hubiera ninguna carencia, sino situaciones con una conciencia específica.

Desde el punto de vista de una psiquiatría constructivista se deduce, que si en vez de ver la locura como algo que hay que tener en un lugar apartado se viese como algo valioso, que hay que cuidar porque tiene algo importante que mostrar a la sociedad, las cosas cambiarían mucho. La enfermedad mental es todavía hoy una especie de estigma. Si no fuera así tal vez entonces se pudiera ahondar mejor en las problemáticas sociales.

I- Pensar en las personas con enfermedades mentales u otro tipo de discapacidades como personas valiosas es algo tremendamente revolucionario. Implica pensar la vida de otra manera, incluso a otra velocidad, con otros valores y otras prioridades. Sería pensar el mundo sin esa finalidad monetaria, porque el dinero no es un fin en si mismo.

A partir de los estudios de Foucault, y sobretodo desde la revolución industrial se empieza a pensar en la sociedad como una masa productiva, hasta llegar a lo que hoy día tenemos. Las sociedades contemporáneas distinguen entre personas productivas e improductivas. La reproducción y el cuidado, al no ser monetizadas y en consecuencia tomadas en consideración por el sistema capitalista quedan desplazadas de la función social. Esto incluye que las mujeres tengan hijos y sus cuidados, así como los cuidados de otras personas. Así, una de nuestras misiones naturales como cuerpo queda disociada.

Hay economistas como Christian Felber que están demandando otro tipo de capitalización de la producción y esto incluye lo social en términos globales. La Teoría del Bien Común consiste en considerar todas estas cuestiones para que cualquier empresa pueda computar y monetizar ese trabajo invisible.

Su objetivo es lograr que las empresas sean representativas de una realidad social. Los indicadores económicos del sistema capitalista sólo tienen en cuenta a las personas dependientes y a las que tienen personas dependientes a su cargo como un coste. Ese universo de los cuidados está más allá de una mera cuestión de números. Esconde, en definitiva, relaciones de poder.